domingo, 18 de diciembre de 2011

Con milongas al pediatra


    


    Se ve uno obligado. Sabemos que es un "experto" y hay quien lo sigue a pie juntillas, pero también se equivocan. Sobre todo cuando su diagnóstico se transmuta en juicio. Y el pediatra no está ahí para juzgar sobre la crianza de nuestros hijos. Yo lo veo así.

    Bajo el argumento de que determinadas conductas, según ellos, son nocivas para la salud y el comportamiento del niño, amparándose en el adoctrinamiento de una pedagogía pediátrica desfasada, superada y mentirosa, son capaces de decirte que no le des más el pecho "porque es demasiado mayor" (me da igual la edad que tenga el niño), que "no lo metas en la cama que será un niño dependiente", que "lo lleves a la guardería" o que "ignores su llanto" en no sé qué situaciones. 

   La culpa es nuestra. Muchos van al pediatra a que les digan lo que quieren escuchar. Esta es la España del victimismo, del abuso de la asistencia médica "gratuita" y del convencimiento reforzado. Y si es por un pediatra, por un "estudiado", mejor que mejor. ¡Cuántas madres acuden al médico para que les receten algo a su hijo! Sea lo que sea. Creo que la Pediatría podría ser el mejor campo de estudio para medicamentos placebos, no ya para medir las reacciones en los pequeños, sino en sus padres. Se quedan "contentos" si salen de la consulta con media docena de recetas bajo el brazo y si el médico de turno le ha dicho que tengan cuidado, que podría ponerse grave. Además, parece que la reputación del pediatra aumenta cuanto más medicamentos prescribe

    En cambio, si sales de la consulta "sin nada" te pregunta todo el mundo: -"¿Qué? ¿Qué tenía? ¿Qué le ha mandado?". - "Nada. Está resfriado dice. Y ni siquiera lo ha mirado bien, no me ha preguntado si come, si hace bien pipí… no le ha tomado la temperatura, no le ha mirado el oído, ni se ha dado cuenta de que mete el pie derecho.  Encima me ha despachado en cinco minutos y no le ha dado un guante para jugar. Es que siempre lo digo: es muy mal pediatra. Mañana, me cambio". Perdonen la exageración y no lo tomen en tono de burla porque no es así. No pretendo buscar la ofensa ni mucho menos el humor sarcástico. Sólo he reproducido una conversación casi calcada que escuché no hace mucho.

    Si está sano, estupendo. Si no hace falta recetar nada, mejor aún. Un resfriado, es un resfriado. La tos, la mayoría de las veces no es peligrosa y si se ha identificado como tal, no hacen falta antitusivos (que sí pueden agravar el problema) o expectorantes. Los mocos…. son amigos de los niños. Pero claro está, que es mejor prevenir  y no voy a defender la dejación, el abandono, la despreocupación de los que somos padres ante los síntomas de malestar de nuestros hijos. 

    Es difícil confiar a veces en el pediatra que va contra tus ideales de paternidad o maternidad. Es todavía más complicado cuando lees en las noticias las continuas negligencias en este ámbito. Lo es aún más si tu pediatra es apático y desagradable o si se ha equivocado alguna vez con el diagnóstico de tu hijo o el de alguien cercano. Pero no nos queda otra. O a estudiar medicina (también nos equivocaríamos eh).

    Pues no. Hay elecciones conscientes. Igual que nos informamos de qué colegio (o de cómo no llevarlo al colegio) es el mejor para nuestros hijos, qué tipo de prendas no le hacen daño para su dermatitis, qué alimentos le dan alergia, qué programas de televisión les dejamos ver y otros miles de asuntos más, deberíamos replantearnos a qué pediatra acudir, ya sean gratuitos (que trabajan para la Seguridad Social) o privados si es que se lo pueden permitir. Pero claro, si nuestro rasero son las recetas con las que nos vamos de la consulta, replanteárnoslo no va a hacer que mejoren los "aciertos" del médico o la salud del niño, salvo por pura casualidad. 

    Otras familias son muy conscientes de todo esto y están informadas e incluso formadas para tomar decisiones y plantarle cara al más pintado cuando se entrometen en su vida privada. A veces, sólo necesitamos realmente un medicamento recetado y ante la avalancha de preguntas indiscretas se le sueltan otras tantas milongas para que se lo crea, se calle y nos den el dichoso papelito para un analgésico necesario o un antibiótico, por ejemplo. Si no queremos enfadarnos. ¿Para qué carajo quiere saber el pediatra si mi hija duerme con nosotros si la consulta es por una otitis? Ni que durmiéramos en la bañera. "Un poné", como decimos por aquí, no es que haya sido mi caso. Afortunadamente mi hija sólo ha necesitado asistencia médica en un par de ocasiones en su casi dos preciosos añitos.

    Muy triste, pero así nos va. Las familias (algunas) contentas o no con sus recetas; los pediatras recetando a veces para tener contentas a esas familias; otros ejerciendo su profesión con mucha más profesionalidad; y algunas familias ejerciendo su paternidad y maternidad con enfados o con milongas al pediatra. 

9 comentarios:

mamisepa dijo...

Tienes razón en que los más prestigiosos son los más dados a prescribir medicamentos por tonterías. Yo voy a uno privado, y algunos días hay 2; a mí me gusta mucho uno que para empezar tiene muy buena mano con los niños, y para seguir no es de pasarse con las medicinas. El otro, es del otro estilo. Pues hay más cola para el otro. Con lo que yo llego, igual hay 6 ó 7 personas esperando, entro, salgo, y ellos siguen esperando al suyo. (Así que, los raros, además de llevarnos menos medicinas, perdemos menos tiempo). Y encima yo, que soy "así", digamos que no le daba importancia si sólo se tomaban la mitad de la dosis, o luego la tiraban... Vamos, que encima que nos vamos al pediatra de pocas medicinas, yo aún le daba menos a no ser que fuera algo realmente grave.

Por lo demás, tengo que decir que he tenido muchísima suerte. Prácticamente nunca me han dicho nada contra el pecho, y eso que yo no me cortaba en darle a mi hija ahí delante, teniendo ya más de un año. Pues no sólo no se oponían, sino que al verlo, me decían: "Uy, sobretodo sigue con el pecho, eso ayudará seguro". No sé si tendrá algo que ver, y ante todo no quiero sembrar polémicas raras, pero quienes más me apoyaron con la lactancia eran sudamerican@s.

Saludos.

Kiko Valle dijo...

En ciertos sectores de la cultura sudamericana la lactancia tiene buena prensa y es habitual. Cierto. Mi mujer también le ha dado el pecho a mi hija esperando en la consulta del pediatra (y donde le pille a mi hija con ganas, sea donde sea) El caso es que casi todas las madres dicen que es muy bueno, que "mientras pueda" se lo de y curiosamente ellas no lo han hecho o no lo hacen y te cuentan unas razones como para escribir un libro de chistes.

Gracias por leer y por tu comentario

Anabella dijo...

Estoy de acuerdo contigo tanto en el post principal, como en la respuesta de arriba. Toooodo el mundo te dice que es lo mejor, pero si profundizas más te dice que si, que es bueno, pero solo de día, o solo cada 3 horas... y ahí te das cuenta el porqué no lo dieron o les duró poco.
Yo me pongo pesadita, empiezo a decirles todo el librito aprendido de Carlos González y cia. Creo que es un poco contraproducente ponerme así, pero no lo puedo evitar.
Por cierto, mi pediatra no me preguntó nunca jamás donde dormía. Ni que comía. Eso me gusta, si me hubiera puesto pegas me hubiera cambiado de inmediato.
La que sí me hizo el comentario de "me parece excesivo" con 17 meses. Casi me la como (mentalmente, porque apenas me salieron palabras pa decir "La OMS dice que hasta los 2 años").
Pos ná, así sigue la sociedad, buscando medicamento para todo. Cuando lo ideal sería buscar soluciones naturales e intentar meterle lo menos posible a nuestros hijos.
Bueno, corto que casi escribo otro post del tema en los comentarios!! Jeje
Saludos!

Kiko Valle dijo...

Efectivamente Anabella. Yo también he estado tentado de soltar las parrafadas más de una vez y sí que lo he hecho en muchas ocasiones. Lo que ocurre es que según con qué personas hables sirve o ni siquiera entienden de lo que estás hablando. Una pena, pero bueno. Cada cual que haga con su vida lo que quiera. Lo malo es que los que pierden son siempre los niños.

Saludos y gracias

Anónimo dijo...

Tienes razón en que es culpa nuestra: delegamos responsabilidades, no tenemos criterio, somos niños pequeñitos adiestrados para obedecer.
No se me ocurre ir al pediatra de mis hijos a tratar temas como a quién meto en mi cama, o lo que yo hago con mis tetas.

Kiko Valle dijo...

Efectivamente, el problema está en delegar en los asuntos para los que estamos capacitados y/o debemos estarlo. Y si no lo estamos, habrá que reeducarnos primero para poder ejercer de padres con criterio. lo que ocurre es que la mayoría de la sociedad está muy bien adiestrada y es poco permeable a los cambios y a abrir la mente.

Gracias por entrar y comentar.

mamisepa dijo...

Siento no haber respondido antes,se me ha pasado. POr si no quedó claro, cuando hablaba de sudamerican@s, no me refería a la gente de la sala de espera, sino a l@s médic@s. La verdad es que en la sala de espera normalmente nadie me ha dicho nada, tal vez como me ven tan segura de mí misma, y que antes de que se lo esperen, ya estoy ahí dando la teta (bueno, estaba, que ya lo hemos dejado). Un saludo y feliz Año Nuevo!

Maria dijo...

Yo he descubierto hace poco a "El médico de mi hij@". Lo conoces? http://elmedicodemihijo.wordpress.com/2011/12/15/prescripcion-prudente-en-pediatria/

Kiko Valle dijo...

No lo conocía, luego le echo un vistazo a ver qué tal.
Aclarado lo que querías decir, Misteriosa.

Un abrazo y gracias de nuevo a todas.

Publicar un comentario

Comenta lo que quieras con LIBERTAD. No hay censura en mi blog, salvo que se insulte y ofenda expresamente a alguien. NO se han eliminado comentarios hasta ahora. Gracias por debatir con respeto.