El prestigioso pediatra Carlos González comenta en su libro "Un regalo para toda la vida. Guía de la lactancia materna" (Madrid, Temas de hoy, 2006) que "(...) En la cesárea cortan la barriga, no la leche; los pechos funcionan perfectamente (...) Hay hospitales en que los niños nacidos por cesárea maman antes de una hora; hay hospitales en que el bebé está en contacto piel con piel (y mama, si quiere) mientras el médico acaba de coser la herida. Pero también hay hospitales en que el bebé nacido por cesárea está separado de la madre durante seis o doce horas (¡o más!), en que nadie ayuda a la madre a encontrar una posición cómoda para dar el pecho sin que le duela la cicatriz. Un pequeño problema inicial puede crecer como una bola de nieve; si se pone tarde al pecho le habrán dado algún biberón en ese tiempo, se cogerá mal, la madre tendrá grietas... (...)" evidenciando así la importancia de la MADRE´en el proceso.
A falta de pan, buenas son tortas. Y a veces muy buenas, ya que es infinitamente mejor darle la oportunidad al bebé y al padre de gozar del conacto piel con piel, que apartar al recién nacido de sus progenitores durante horas. El Hospital La Plana, como se puede leer en el artículo cuyo enlace se cita más abajo, promueve el método "papá-canguro" en los partos por cesárea y con unas recomendaciones dignas de ser reconocidas y tomadas en cuenta por el resto de hospitales españoles.
Les recomiendo su lectura.