lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Tecnología materna? No, gracias.

    La revolución tecnológica pretende instalarse en todos los ámbitos de nuestra vida. Y eso está bien. O no. Ya que hay determinados aspectos tan relevantes como la maternidad y la paternidad que no deben hacer demasiadas concesiones a artilugios tecnológicos, al menos a aquellos que pretenden sustituir los momentos de contacto físico , el tiempo de calidad y el trato directo, cariñoso y desinteresado de los padres con sus hijos. La crianza con apego, aparte de instintiva por ambas partes, es fundamental para un correcto desarrollo físico, cognitivo y emocional.

   Desde el chupete (burdo sustituto del pezón materno) o el carrito (no hay nada mejor que los brazos de una madre para portar a un bebé) como pioneros en esta carrera de sustituciones -aunque ya sé que tienen poco de "gadget"-, hasta los sistemas de videovigilancia, mecedores, móviles de cuna con detección de ruidos y que emiten la grabación de canciones, simuladores del latido cardíaco, etc... Y otros muchos artefactos que bien podrían ser considerados aberraciones de la modernidad, los "aparatos" parece que nos hacen la vida más fácil, cuando lo que ocurre realmente es que nos alejan de lo que en esencia es la vida.

    Está más que demostrado que el juego es imprescindible y beneficioso para el niño. Es realmente importante para su avance y  aprendizaje. Pero los juguetes no tienen por qué llevar doscientos botones, cuatro mil funciones y costar más de cien euros. A veces, un tubo gastado de papel higiénico, cola, unas tijeras, papel, pintura... combinado con un poco de imaginación y creatividad, consiguen mejor efecto para el entretenimiento del niño. No por ello hay que apartarlos de un videojuego, el ordenador, un ipad o el móvil, pero tenemos que tener en cuenta todas las posibilidades y no centrarnos en el consumismo absurdo y de moda para comprarles lo último sí o sí. Una buena educación en valores desde muy pequeños, hará que nuestros hijos entiendan esto y no se sientan molestos en aquellas ocasiones en las que, por las razones que sean, no queramos o podamos comprar el juguete que algunos de sus amigos tienen. Eso sí: todos nos damos caprichos de vez en cuando y las excepciones son parte de la regla.

    Los juguetes ayudan a crear estereotipos. Unos buenos y otros malos, aunque de entrada al hablar de estereotipos se podría pensar en que todos son malos por la connotación peyorativa que ha ido adquiriendo el término. Por eso se habla de la conveniencia o no de juguetes bélicos, de los tramos de edades recomendadas, de los que son o no sexistas, los "educativos" (todos lo pueden ser: probablemente muchos maleduquen también)... y ayudan a crear roles y normalizar situaciones cotidianas.

    Me he llevado una gratísima sorpresa, por lo que esto implica en los momentos que vivimos, como ya lo hice el año pasado (creo) con una muñeca de la misma marca a la que se podía amamantar (Bebé Glotón ) , al ver que se anuncia en televisión un NENUCO con una cuna de colecho. El niño no va a dormir solito , lo hará junto a su mamá y no tendrá miedo, argumentan en el spot acertadamente. No son sólo estas las razones y podrían matizarse, pero bien nos sirven para crear una imagen del bebé durmiendo con su madre. Sabemos que el colecho se practica en casi tres cuartas partes del mundo, ya sea adosando la cuna a la cama, durmiendo en la misma habitación con el bebé o en la misma cama (lo más recomendable si no hay circunstancias que lo impidan - ya trataremos el colecho en profundidad otro día - ) y que es la mejor (y bien demostrado ya)  opción para el descanso y la consecución del vínculo materno-filial, por más que la Supernanny, Stivill y otros seguidores del conductismo exagerado y casi dictatorial quieran hacernos ver.

    Por lo que supone en la normalización de este hecho en la actualidad y por que quede mi agradecimiento y el de mucha gente a esta iniciativa (producto/marca), os muestro aquí el vídeo. Queda abierto el debate.


6 comentarios:

Julia Portillo Greciano dijo...

Bueno aqui diria muchas cosas pero para empezar algo que yo personalmente defiendo es que estamos haciendo algo que considero grave ya que hacemos que las niñas desde muy pequeñas jueguen a ser mamas y los niños que jueguen con sus coches ... pues sinceramente lo veo totalmente horrible porque los niños tienen que jugar a lo que quieran sin predisponerles a nada...

Con respecto a las nuevas tecnologías pues a mi me gustan y me parecen en algunos casos utilies pero tambien tienen que divertirse con juegos tradicionales e utilizar su imaginación, no debemos de darles todo hecho.

Kiko Valle dijo...

Completamente de acuerdo Julia. Los juguetes no deben ser sexistas, aunque realmente pienso que algunos de ellos normalizan comportamientos deseables. En determinados ámbitos de la vida, mujeres y hombres no somos iguales y no me refiero a derechos, que en eso SIEMPRE hay que equipararlos. Para mí el regalar una muñeca a una niña no es fomentar el sexismo, siempre que a un niño también se le dé la misma oportunidad de jugar con ella y regalársela, sin predisponer a ninguno de los dos. Existen evidencias biológicas que hacen que niños y niñas tengan comportamientos distintos y a veces hasta preferencias diferentes. Con esto, creo que regalar una muñeca a una niña (también un coche, una videoconsola, un madelman..., por qué no) es bueno porque fomenta el juego, despierta su instinto maternal, etc... y si además en los tiempos que corren, la muñeca toma teta o viene con accesorios como la cuna de colecho del ejemplo que he citado, mejor que mejor. ¿Tú qué piensas?

Anónimo dijo...

Me encanta. Es una manera de fomentar desde la infancia el colecho tan criticado hoy en dia. Ahora tendrían que dejar de asociar a los bebés con los biberones. Sólo uno, que es el bebé glotón, toma teta. El resto, viene en su cajita con biberones, chupetes... Hay muchos niños de teta (incluida la mía) que no ha tomado un biberón en su vida. Y tiene dos años!!!.

Kiko Valle dijo...

Gracias anónimo/a. Coincido plenamente contigo: entre carritos, biberones y chupetes... A ver si se normaliza y se ponen de moda las muñecas con portabebés incluidos como accesorios ¿Verdad? Por cierto: mi hija tiene 22 meses y jamás ha tomado un biberón tampoco. Ni ha tomado papillas. Ni ha comido nada molido. Ahora come casi siempre sola (no me refiero a la compañía, claro está), de todo, no se ha ahogado como auguraba medio mundo... Gracias por pasarte y comentar

Yolanda Lozano dijo...

Esto, como casi todo en la vida, es parte del absurdo adulto de querer rivalizarlo todo, sólo se compite: los juguetes de mi hijo son los mejores (confundiendolos con los más caros, cosa que no siempre implica calidad)se hacen regalos pensando en el qué dirán más que pensando en el niño. Que triste!!! Hoy se deja muy poco espacio a la imaginación de los pequeños, hoy muchos niños no saben jugar y la culpa es del adulto...No todos los padres son así pero sí una gran mayoría. Aún estamos a tiempo de poner punto y seguido a una verdadera infancia.

Kiko Valle dijo...

Plenamente de acuerdo Yolanda. Mi hija se divierte más pintando en cualquier parte, bailando, con un bote de zumo, una pelota o simplemente jugando con nosotros al pilla pilla, escondiéndose, dando palmitas... que con mucho de los juguetes que tiene. Algún día hablaré del Síndrome del Niño Hiperregalado.

Saludos y graciassss

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