lunes, 28 de noviembre de 2011

Jamón Ibérico y células madre


 


    Seguro que con este titular se me despistan. Pero tiene sentido. ¿Y qué tendrá que ver con la Pedagogía, la Crianza o la Educación? Calma, que no me ando con rodeos. Va de alimentación y lactancia.

    Recuerdo que tuve más de una discusión acalorada con mis padres, mi suegra y mis amigos. - ¿Pero cómo va a estar esa niña enganchada a la teta cada vez que quiera? "De siempre" se le ha dado diez minutos de cada una con eructo en medio y cada tres o cuatro horas. Y nosotros insistíamos en la lactancia a demanda. Es lo más obvio, pero se empeñan en contradecir al sentido común y, dicho sea de paso, a todos los estudios que evidencian científicamente esta sencilla pauta. Me pregunto cómo controlarían nuestros antepasados el tiempo cuando no existía el reloj. Cómo serían capaces de desatender el llanto de un niño desconsolado por hambre, sueño o ávido del calor de su madre. No cabe duda de que las mujeres estaban siempre dispuestas a amamantar a sus hijos, porque la naturaleza, la genética, la evolución humana ya se ha encargado de ello.

    He tenido que soportar muchas veces el desacertado comentario de alguna madre mientras su hijo lloraba: - A ver si me aguanta media horita más. Pero... ¿Con qué fin? ¿Con qué motivo? A estas madres les parece que alargar el tiempo entre las tomas le hace algún bien al niño que, desprovisto de demasiados mecanismos de comunicación - aunque son muchos para quienes los quieren ver - , llora para avisar de que YA tiene hambre, sueño, necesita el abrazo de su madre, le duele algo, tiene frío, calor o le molesta el pañal. "El llanto es un signo tardío del hambre". Lo he leído mil veces en todos los manuales de lactancia, los libros de Carlos González y hasta repica ya en mi cabeza. Probablemente el niño se ha chupado los puñitos, ha alzado los brazos unas cuantas veces para que lo cojan, no para de gimotear y llamar la atención... Pero nada. Hasta que no llore y coincida con el reloj, no hay teta (o bibi). Es como si alguien decidiera que tú debes comer a las cinco de la tarde y estás desde las dos que no te tienes en pie: a ver si aguantas un poquito más, campeón, que tú puedes. ¡Menuda putada!




    La lactancia a demanda es a de-manda. Vamos, que de mandar se encarga el niño (o niña, no se me vayan a poner ahora pesados con el género lingüístico que es por simplificar). A demanda significa que lo mismo le da por mamar cada media hora, que cada cinco minutos, cada dos horas... Y que puede que la toma sea de quince minutos, treinta, cuarenta y cinco o tres minutos. Todo va a depender de las necesidades del niño, la frecuencia de las tomas, si toma uno o dos pechos (mi hija sólo tomaba un pecho en cada toma y rara vez eran los dos; también rara vez eructaba y NUNCA ha tenido síntomas de dolor por gases), la intensidad... Y de muchos otros factores de los que no vamos a hablar ahora para no extenderme más aún.

    Así lo hicimos con Aitana y nos va de maravilla (cumple dos años en enero y sigue con su tetita a demanda). Olvidándonos del sitio -hago un inciso para recomendar un artículo interesante sobre esto - del reloj, de lo que dice la gente, la pediatra (no tomen esto como un desacato a la autoridad porque sus consejos dejan mucho que desear en múltiples ocasiones porque nos cuentan lo que queremos -quieren algunos- escuchar: ya hablaremos de esto otro día), mis padres, mis amigos y mi suegra.

     Es curioso que hasta que no llegó a mi casa publicidad de agua Lanjarón comentando que no era conveniente dar agua a los bebés si se alimentaban en exclusiva con lactancia materna al menos hasta los seis meses de edad, mi padre no se apeó del burro. ¡Cuántas veces me dijo: -"Dale agua a esa niña que el agua no puede ser mala"! En tono de cabreo y como avisando de nuestra supuesta irresponsabilidad. Tan sencillo que si se alimenta en exclusiva con leche materna, tiene cubiertas sus necesidades de líquido y todo lo que le entre de agua le quita sitio a su alimento, no se nutre en condiciones, no gana peso o lo pierde... y entramos en una espiral cuya salida suele ser el abandono de la lactancia. No sólo por esta cuestión, sino por otras más, lógicamente.

    Mi hija no ha tenido chupete (ni biberón). Es una imitación burda del pezón materno. Si tiene el pezón cuando quiere y lo necesita, usar chupe es una soberana tontería. Los bebés no toman la teta como chupete, sino que toman el chupe como teta. Si además se usa durante los primeros meses y se está dando de mamar, se corre el riesgo de que el niño confunda pezón y tetina y la lactancia no llegue a buen fin por la forma distinta de succionar. Todos nacemos con el reflejo de succión y a no ser que seamos prematuros, tengamos el frenillo sublingual muy corto y algún que otro problemilla más, si se adopta la postura correcta (barriga con barriga, parte de la areola también dentro de la boca, orientando el pezón casi hacia la nariz del bebé, etc...), todos sabemos mamar de la teta de nuestra madre y todas las madres (sólo hay un porcentaje creo recordar de un dos por mil o algo así con falta de leche: hipogalactia) tienen leche para dar y regalar, por lo que no hay excusas más allá de la ignorancia intencionada o no y de la opción personal de cada una para no dar el pecho. Exige dedicación (que no sacrificio, ya que sarna con gusto no pica), amoldar tus costumbres a una nueva realidad e incluso condiciona la vestimenta por la comodidad a la hora de dar el pecho, pero compensa y mucho por la experiencia y porque es lo mejor para tu hijo.

    Tiene todo lo necesario para sobrevivir y más. Existen en internet varios listados de los componentes de la leche materna comparada con la leche artificial y esta última siempre se queda bien corta, como era de esperar, por más que intenten emularla. Pero hay un detalle excepcional que se nos ha escapado por alto; y es a lo que me refería con la segunda parte del título de esta entrada: se acaba de descubrir que LA LECHE MATERNA CONTIENE CÉLULAS MADRE. Me van a perdonar que no ponga enlaces. Estoy vago a estas horas de la noche para facilitarles el trabajo: no me lo tomen a mal, pero sólo con ponerlo en google, veréis cuánto hay sobre este magnífico descubrimiento. Temblad, Almirón, Nestlé y las taitantas marcas de leche artificial. A ver cómo igualáis eso.

    Las papillas son de arroz, maiz, centeno, cebada... Mi hija no las tomó a los cuatro meses. Ni a los cinco, ni a los seis... El trigo lo comía en el pan que a partir de los cinco y medio se dedicaba a mordisquear: le encanta. El arroz, hervido, con algo de tomate o solo, con habichuelas, con trocitos de pescado o carne... Hay mil formas de alimentar a un bebé sin necesidad de acostumbrarlos a comer molido (no se ahogan, no, siguiendo algunas recomendaciones sencillas, no se ahogan: se pueden atragantar alguna vez, pero nada que entrañe peligro vital), ni hacer concesiones a las marcas multinacionales que compran para hacer potitos la fruta que a pesar de ser aptas para el consumo están extremadamente maduras (oxidadas), picadas, con golpes, ligeramente pasadas... cuando se le puede dar plátano, pera, naranja o manzanas, por ejemplo a trocitos o directamente dejarlos que jueguen a morder.

    No quiero decir que sea malo moler los alimentos, ni que haya que esperar necesariamente a los 8 meses como fue nuestro caso (por decisión de Aitana y no por la nuestra, ya que le ofrecíamos alimentos pero no los quería y NUNCA la obligamos a comer) para que un bebé empiece a comer otras cosas aparte de la teta, sino mostrar que es más fácil, "pedagógico", placentero... hacerlo de otra forma, dándole de comer lo mismo que se coma en casa pero sin sal o con poquísima y ligeramente desgrasado a ciertas edades, separando los alimentos para que conozca el sabor de cada uno y no dárselos todos a la vez molidos porque no sabe qué le gusta y qué no, qué le puede producir una alergia o malestar, etc... Y el agua en vasito. No lo hemos hecho por nuestra comodidad, pero también resultó convenirnos sin darnos cuenta. No hemos cargado con comidas aparte para Aitana, ni termos, ni leche, ni nada. Sólo pañales, agua y poco más. Comía y come con nosotros potajes, garbanzos, lentejas, espárragos, atún, pollo, huevo... y cuando no tenía dientes pero sí hambre de carne, aunque os suene raro o incluso asqueroso, le masticábamos un poco los trozos con los dientes y se lo dábamos. Así ha comido carrillá, ternera, cerdo, buey... saboreándolo y relamiéndose, acompañándolo con sopones de su salsita con pan, disfrutando de la comida, sin espurrear, sin ahogarse, sin prejuicios ni normas estrictas y absurdas (sí con precauciones y responsabilidad por nuestra parte, con información contrastada y fiable de qué darle en cada momento) escritas en la fotocopia de la pediatra, que era distinta a la tuya, la de mi prima de Cádiz, la de mi amiga de Bilbao y la de mi tío de Argentina, que elabora las papillas con frutas y alimentos que aquí no se encuentran con facilidad: habrá que ir a Cuba, Australia, Argentina... para importar lo que ellos consideran esencial en una buena papilla y seguir su orden o ellos el nuestro. Sólo hay unas pocas orientaciones probadas. Recomiendo encarecidamente la lectura del libro: "Mi niño no me come", de Carlos González. Y no confundirlo con "Mi niño no come", de la Supernnazy.

    Vuelvo a dejarme en el tintero ampliar y matizar algunas de las cosas que aquí he dicho pero ya debo terminar por el bien de sus ojos, si es que han aguantado hasta aquí. Concluyo.

    Y así, a día de hoy, si le preguntas a Aitana qué es lo que más le gusta, te contesta con su desayuno preferido desde hace casi un año (de ahí la primera parte del título de la entrada, otra vez extensa): jamón; y su indispensable e inseparable teta. Jamón y teta, jamón y células madre. Casi "ná".

 

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora q hagan un estudio de las gambas y no vea q al final como cría a lo andaluz no hay na .necesitamos las mujeres mas información sobre la lactancia pues no se ni como ni porq pero a mi en mis dos niños algo me fallo en iraya no me ponía peso y con cinco meses le tuve q empezar a dar verduras y poco a poco la carne y el pascedo y aday a los once meses a bocao me dejo el pecho y con ello en ambos casos yo insistía me aislaba etc tomaba otros abitos para ver q pasa pero nada así creo q algo fallo y no mi interés pues de iraya me costo una depresión .os felicito a ti y a mi prima como estáis criando a aitana besos a los tres

Kiko Valle dijo...

Cierto Eli. Las familias necesitan más información sobre lactancia: la mujer para llevarla a cabo y el hombre para darle el apoyo suficiente. Cada caso es un mundo y en el tuyo ya te diré en un mail. De entrada, las verduras tienen como un tercio del aporte calórico que la leche materna, con lo que dejar de darle el pecho para darle más verdura no va a hacer que engorde un niño. Cuando la lactancia es prolongada muchas veces la gente piensa que está sólo a teta y no es así. A partir (más o menos) de los 6 meses se le pueden ofrecer otros alimentos poco a poco, introduciéndolos de uno en uno. No importa si primero cereales y después fruta o al revés. Y siguiendo algunas pautas que están consensuadas, casi siempre las indicaciones estrictas de los pediatras no tienen fundamento, aunque algunas generalidades sí, para evitar alergias, celiaquía, etc... Los chupes, biberones, horarios, etc... hacen muchas veces que el niño deje la lactancia. Lo de Aday es más normal, si es que todo se hizo bien. Ya hablamos un día todo lo que quieras sobre esto jeje. Besos y gracias por comentar

Yolanda Lozano dijo...

Curiosa entrada!!! me ha gustado mucho. Tan sólo una pregunta, si Aitana quiere teta y tu mujer está trabajando,¿cómo lo haceis? Qué sano y rico es el desayuno andaluz XD

---- dijo...

Que ganas de ser madre, para poner en práctica todo lo que aprendo contigo...Me encanta tu forma de ver la educación. Y si, supongo que a mi la suegra también me dará mal, cuando crea que me estoy volviendo loca jaja. Genial Kiko, como simpre. Una maña deseosa de probar un desayuno andaluz.

Armandilio dijo...

Buenas, decirte que he compartido esta entrada en el resumen semanal de blogs de Bebés y más (http://www.bebesymas.com/bebes-y-mas/blogs-de-papas-y-mamas-xcix).

Un saludo!

Armando.

Ana Belén Pérez dijo...

Kiko, yo fui de ese desgraciado 2%, y te aseguro que ya pague mis consecuencias de escuchar tambien muchisimas tonterias en su día, como las tienen que soportar la gente que da el pecho hasta los tres años. Las posturas tan radicales, quizá, solo quizá eh, pueden herir los sentimientos de las personas. A mi solo me quedaba el consuelo, que a mi hija, con la leche en polvo, no le faltaba de nada, porque lo contrario, hubiese significado demasiado dolor para una madre. Te lo aseguro.

Laura Nogueras dijo...

Hola kiko! Tienes un premio en mi blog.
¡Un abrazo!

Kiko Valle dijo...

Yolanda, Nisabelt, Armandillo, Ana Belén, Laura... ¡Muchas gracias por comentar! Y voy una por uno jeje.

Yolanda, mi mujer, aparte de los casi cuatro meses que tuvo de permiso de maternidad, le añadió el permiso de lactancia acumulado, las vacaciones y tres meses de excedencias, con lo que mi hija tenía ya 9 meses cuando se incorporó Sara a trabajar. De cualquier modo, y aunque se hubiera incorporado antes, teníamos mucha leche materna congelada de los primeros meses -sacada con el sacaleches- (y duran hasta 6 en el congelador) para dárselas con cucharita, vasito, jeringuilla...y en el caso de que no la quisiera, biberón. Pero no hizo falta y no usamos esa leche porque cuando empezó a trabajar la pequeña aguantaba con otros alimentos hasta que llegaba y seguía zampando teta durante el resto del día (y la noche, porque duerme en nuestra cama y tiene "self service" jeje). Si hubiera sido así a los 4 o 5 meses, hubiera ocurrido igual. Conocemos muchos casos y no tiene por qué acabarse con la lactancia por la incorporación al trabajo aunque es más laborioso, claro . Ahora cumple dos años en enero y Sara le da el pecho sobre las 7 de la mañana (aparte de las veces que haya querido mamar de noche), la niña se despierta sobre las 9.30 o así y se come su tostada con jamón y/o yogur , a media mañana cualquier cosilla y luego el almuerzo. Sara hace el esfuerzo de venir a comer (sólo tiene hora y media para salir del trabajo, comer, darle el pecho y volver), Aitana duerme la siesta, se levanta y al poco llega Sara. Teta y merienda o al revés si tiene hambre antes y ya llega la cena.

Nisabelt, si optas por una crianza natural, tendrás muchos detractores y comentarios, pero cuantos más te los hagan, más reforzarán tu idea, ya lo verás. Al principio incluso te molestará o te llevará a discusiones, luego te cansas de dar explicaciones a según quién, claro. Muchas gracias por tu comentario.

Armando!!! Me alegra muchísimo que hayas elegido mi blog para el resumen de esta semana. Me hace una ilusión tremenda. De verdad. de nuevo agradecisísimo. Un abrazo.

Ana Belén, siento que a ti te diagnosticaran hipogalactia. ya te preguntaré cómo te lo diagnosticaron, porque casi siempre lo hacen al voleo y sin pruebas médicas concluyentes y entonces a lo mejor el problema era otro. Y como digo en la entrada, a veces las madres tienen toda la intención de dar el pecho. Otras no. Las distintas opciones son respetabilísimas, por supuesto. Pero lo mejor para el niño es el pecho y siento que suene tan radical mi postura, que ten por seguro que no tiene ninguna intención de ofender a nadie ni hacer sentirse mal a aquellos que no quieran optar por esta vía. Pero como en todo, hay opiniones y la mía, que puede estar equivocada para los ojos de otros, es la que expreso y sé que tú me entiendes a la perfección. Ojalá no te hubiera ocurrido ese problema, porque intuyo que te quedaste un poco con las ganas ¿verdad? Con la leche en polvo crecen y se alimentan, claro está, y hasta el año como mínimo (o mucho más) que se recomienda atrasar la introducción de la leche de vaca, es evidente que algo de leche tienes que darle y ante la teta o nada, la leche en polvo hace más o menos la función. No hay que maldecirla ni desde posturas tan radicales como puede parecer (no lo es tanto) la mía jeje.

Y Laura.... estoy impaciente por ver ese premio. Voy a verlo en un rato, que estoy desde el móvil y quiero tener los cinco sentidos puesto en ello jajaja.

Saludos y abrazos y gracias de nuevo por vuestros comentarios.

Yolanda Lozano dijo...

Gracias por responder a mi duda. Admiro a tu mujer por todo el esfuerzo que hace por su hija: es, sin duda, una super mamá. Por supuesto, siempre que sea posible la leche materna es el mejor alimento para ellos por sus numeros beneficios(y como diría uno que yo conozco: "cómo no va a ser bueno si sólo hay que ver el envase" jeje).

Kiko Valle dijo...

Jejeje Claro que sí. Sara es una super mamá y con dos buenos envases jeje. Curiosamente mi hija, no quería la leche de su madre si no era en su envase: no es siempre cuestión de sabor jaja. Gracias de nuevo.

Meri dijo...

Como dice nuestro escritor favorito los pediatras estudian para curar las enfermedades, no para decirnos como debemos criar a nuestros hijos. Yo cada vez que me acuerdo de mi prima que se sacaba la leche para hecharle los cereales y darsela en biberon, que solemne gilipollez, dale un trozo de pan y ya tiene cereales. Si nos dejaramos guiar por nuestros instintos de mamiferos mejor nos iria. un dia dije en el trabajo jo mi hijo se desperto a las 3 de la mañana pidiendo un biberon, vaya horas para comer me dijo una compañera, pues si pero yo a mi hijo le doy de comer cuando quiere y lo que me pide si lo hay, si no quiere comer por algo será, aun que mi madre diga esta en edad de comer de todo (si como la madre que la pario que no comia nada, cuando nacio en el hospital le dijeron que me iba a morir no queria biberon, pero no hubo otra cosa, hasta que estuve en inglaterra un mes con 14 años o asi, no le empece a coger gustillo a eso de comer) pues no me hijo ya sabe lo que le gusta y no lo voy a forzar como hicisteis conmigo.

Kiko Valle dijo...

Meri, completamente de acuerdo. tengo pendientes entradas sobre alimentación, pero casualmente, antes de contestarte a este comentario también he publicado algo sobre los pediatras y sus intromisiones jejeje.

Saludos

Adijirja dijo...

Jeje... igualito que mi Jorge!!
Donde estén el jamón serrano y su teta que se quite todo lo demás!!! :)))

Kiko Valle dijo...

Pues dicho queda jejejeje. Pero en vez de serrano, ibérico y si puede ser de Jabugo o Guijuelo, mejor jeje

Saludos

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu artículo. Me recuerda mucho a mi peque que ya tiene 2 años y tres meses y nunca ha tomado un biberón, ni comida triturada ni ná por el estilo. Es curioso que su desayuno favorito sea también la teta y el jamón (ahora, tiene que ser del bueno. jaja).En su momento (Y ahora también, para que nos vamos a engañar), tuvimos muchas críticas. Que si esto no le llega, que si se va a atragantar, que no lo estamos haciendo bien, que va a tener anorexia, nos llegaron a decir. Claro, en trozos come lo que a ella le apetece, y la cantidad que ella considera suficiente. Y para la mayoria de la gente si no le das un bote entero de puré y de postre un buen biberón, pues nada, es que no está alimentada.
Eso de los pediatras y sus intromisiones lo acabamos de vivir hoy. Que con 2 años aún toma teta? Y tienes leche? Y como es que no va a la guardería? Sabes lo que estais haciendo? Es que claro, lo de la crianza natural sigue estando mal visto y no se entiende que quieras pasar tiempo con tu hijo pudiéndolo llevar al cole.Es una pena no haber sabido hoy lo de las células madre.
Un saludo y gracias por tu blog

Kiko Valle dijo...

Gracias a ti, anónimo!!! Es evidente que los pediatras deben revisar sus conocimientos (la mayoría al menos), porque en esto de la lactancia no es cuestión de gustos sino algo objetivo. Perdona por contestar con tanta demora. Tengo el blog un poco abandonado y pretendo retomarlo YA.

Me alegra encontrar cada vez a más gente que críe a sus hijos de forma natural.

Saludos y gracias por pasar.

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